Bentley Birkin Mulsanne, cuando lujo y clase se dan la mano

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Si Sir Henry Ralph Stanley Birkin, más conocido llanamente como “Tim” Birkin, viese que la casa que tanto amó y a la que entregó tantas horas de su vida, le agradeciera su dedicación con un coche como es el Bentley Birkin Mulsanne, creemos que con toda seguridad estaría orgulloso.

Eran las décadas de 1920 y 30, corrían otros tiempos, y Birkin era uno de esos adinerados caballeros británicos que buscaban adrenalina pilotando coches de carrera, viejos bólidos cortos de seguridad que nada tienen que ver con lo que hay ahora. Fue él por ejemplo, quien conociendo bien la casa Bentley (era un enamorado de ella) aconsejó a sus propietarios la participación en Le Mans con el Blower (abajo en imágenes).

Precisamente este modelo había sido revisado por el propio Birkin, que tuvo un papel muy importante en su fabricación y posterior prueba. Fue él quien instó a la casa británica a que aumentase notablemente la potencia de este modelo, pasando de 132 a 245 CV, un número imponente para la época. Igualmente, animó a que se produjesen al menos 50 unidades, las necesarias para cumplir los requisitos mínimos para la participación en la mítica prueba francesa, donde “Tim” estaría al volante.

Es por ello que la marca de Crewe quiere devolver a este ‘Bentley Boy’ todo el esfuerzo y sus dos victorias en Le Mans (1929 y 1931) con una joya de tal calibre. Esta edición limitada a tan sólo 22 unidades, mezcla elegancia y el lujo más exclusivo a partes iguales. Todas ellas están disponibles en los colores Ghost White, Damson y la mezcla del Fountain Blue y el Dark Sapphire, una reinterpretación de tonos clásicos y habituales de la casa.

Por último, las pinceladas de esta clase superior las encontramos repartidas por todo el vehículo. Como en la “B alada” que corona la parrilla delantera, los asientos o incrustrada en la refinada madera del salpicadero. Los viajes se convierten en un placer, ya que cada vehículo incorpora pantallas LCD de 8″ en la parte trasera de los reposacabezas de ambos asientos delanteros, junto con un reproductor de DVD, un punto de conexión Wi-Fi, el sistema de audio de alta calidad Naim for Bentley y iPads integrados en las mesas de picnic elaboradas artesanalmente en madera maciza.

Su conducción no le va a la zaga gracias al Mulliner Driving Specification, que proporciona unas emocionantes sensaciones en carretera gracias a la opción ‘Sport’ del sistema de control de conducción junto al agarre de sus llantas 21″. Sin lugar a titubeos, más que de un automóvil en este Bentley Mulsanne a la memoria de Birkin hablamos de una obra de arte, la cual por supuesto, habrá que pagarla con bastantes dígitos.