El sistema de frenado en el coche es uno de los elementos que más influye en la seguridad de sus ocupantes. En la práctica totalidad de los casos, es de suma importancia saber examinarlos para evitar posibles accidentes y mantener la buena salud de nuestro vehículo. ¿Sabes cómo hacerlo? No te preocupes, aquí te lo explicamos de forma sencilla para que no tengas ningún problema.
El mal estado de los frenos y sus síntomas
Los principales fallos que pueden afectar a los frenos suelen reconocerse gracias a los indicadores encendidos en el salpicadero del coche, no obstante, existen otras señales que pueden ayudarnos a identificar posibles problemas:
- Ligero desvío del vehículo al pisar el freno.
- Vibración del coche durante la frenada.
- El pedal se hunde o está mucho más duro de lo normal.
- Falta de eficacia en el frenado.
Revisión de los frenos del coche
Lo más importante es revisar previamente el líquido de frenos, inspeccionando visualmente el tambor contendor al menos una hora después de su último funcionamiento. El nivel de líquido en el contendedor no debe nunca ser inferior o superior a las marcas designadas. Si ves que el nivel de líquido de frenos se encuentra bajo mínimos, no rellenes el contenedor, lo mejor es cambiarlo por completo.
Pérdida en el líquido de frenos
Además de revisar el tambor contenedor, es imprescindible que revises todas las mangueras y conductos que salen del mismo. Si notas que dichos elementos tienen grietas, están rotos o resecos, reemplázalos de inmediato. Echa un vistazo bajo el coche por si existen goteras, es un buen indicador para no perder líquido de frenos.
Revisar las pastillas y el disco de freno
Con linterna en mano, analiza los discos ubicados detrás de las ruedas. Es muy sencillo, si estos discos están desgastados o notas algún desperfecto, lo mejor es llevar el coche al taller para reemplazar las pastillas de freno. Recuerda, invertir en seguridad es mejor que quedarse sin frenos.
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